For the English version of this blog, please visit The Lost Elysium

lunes, 18 de agosto de 2008

Volver

"Pero, por qué te vas tan rápido? No has logrado nada, qué vas a contar?"

Como todo lo que hace, imagino que esto me lo dijo con las mejores intenciones. Por un momento me dejó pensando. Eso de que soy una "orgullosa" y que no escucho lo que me dice es tan incierto como que Alan es el engreído de Perú. A veces, creo yo, son los meros sordos los que dicen eso. Pero esa ya es otra historia.

Si bien me he querido volver a Lima desde que pisé suelo canadiense, no le he llorado a mis viejos para que me compren el boleto de vuelta porque... bueno, seria injusto. Cuando recién vine, un remolino de sentimientos me envolvieron. Me dejaron en un estado de coma psicológico al que no quiero volver porque sé que sigue ahí, esperando el más mínimo momento de debilidad para comerme viva otra vez. Recordaba muchas cosas. Las palabras de mi abuelo que me decía "tienes que volver como una ganadora", o las esperanzas depositadas en mí de algunos miembros de la familia, incluso de amigos. No recuerdo quien fue el que me lo dijo, pero me dio el aliento que necesitaba para no irme tan pronto: "tienes idea de cuantas personas en Lima quisieran tener la oportunidad que tu tienes?". Es cierto. Muchos peruanos, muchos limeños sueñan con la visa a donde sea con tal de irse y buscar un 'futuro mejor'. Entonces yo no podia ser tan inconciente de irme sin haber hecho nada bueno, ni para mí ni para los demás-o alguien más-. Así que me quedé. Basandome en eso, quise aprovechar todo lo que este país tiene de bueno para darme. Aun lo creo.

Pero aún quiero volver. Pronto. No para quedarme en Lima, sino para visitar. Y sé que tiene que ser lo antes posible. Por qué me voy a Lima tan pronto si no he hecho nada bueno? Aunque esta ciudad sea maravillosa, la gente amable, la calidad de vida buena; no soy feliz. De qué me sirve matarme estudiando, o trabajando por tener el futuro mejor, saber mil culturas e idiomas, o vivir cien años si nada de eso tiene sentido para mí? Bueno, no hay que exagerar, no estoy tan miserable. No me puedo quejar de todo lo que tengo ahora. No es mucho, pero se ha ganado con esfuerzo de cada uno. Sé que podriamos estar peor. Pero no lo estamos, y agradezco a Dios por todo lo que nos ha dado.

Cuando vaya a Lima, será como una inyeccion de felicidad. Una buena dosis que me va a dar las fuerzas necesarias para seguir. Será como darme una brújula, y encontrar de nuevo mi camino. Todo eso sólo para hacerme feliz.

No hay comentarios: